La labor de las ONG que se dedican a proteger a menores

Los adolescentes siempre han sido un colectivo considerado vulnerable, entendiendo el concepto de vulnerabilidad como estar expuesto a un riesgo o posible amenaza. Etimológicamente, esta palabra proviene del latín vulnerabilis. La raíz es vulnus, que significa “herida”, y el sufijo –abilis indica posibilidad. Es decir, ser vulnerable es tener una mayor probabilidad de ser herido. Por un lado, por estar sometido a presiones o riesgos externos; por otro, por no contar con recursos internos o capacidades para afrontarlos.

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