
Donar ropa nunca fue tan fácil
Hay un momento del año en el que todos repetimos el mismo ritual: abrir el armario, suspirar y apilar prendas que no usamos desde… ni nos acordamos. La camiseta del “ya me la pondré”, el vaquero del “cuando me vuelva a valer”, el abrigo que ocupa medio estante y no sale desde la última ola de frío. El cambio de temporada también nos recuerda cuánto acumulamos y cómo la fast fashion nos empuja a comprar más de lo que necesitamos. *Actualizado 2025*



