Desde el primer momento la respuesta de la sociedad española tras el paso de la DANA ha sido, una vez más, increíble y emocionante. Se han recaudado millones de euros en donaciones para ayudar a los damnificados. Cientos de voluntarios en terreno han tratado de apoyar en lo que podían para mejorar su situación. Y miles de personas de toda España han donado alimentos, ropa, productos de higiene o limpieza para cubrir las necesidades básicas de quienes lo han perdido todo. Ahora comienza una nueva fase y desde Valencia nos piden que no les olvidemos, que cuando los focos dejen de pasar por allí, recordemos que la reconstrucción también requiere de nuestro apoyo.
Objetivo: una recuperación integral con enfoque de triple nexo
¿Cómo se acomete la tarea de reconstrucción tras una catástrofe? Hemos hablado con cinco organizaciones humanitarias acreditadas con nuestro sello Dona con Confianza para conocer qué papel juega en ese proceso el Tercer Sector. Todas ellas tienen experiencia en diferentes emergencias y, aunque estas sean de naturaleza y origen diverso, el modus operandi es similar.
Hay dos aspectos comunes a destacar:
- El primero consiste en trabajar con un enfoque denominado de triple nexo, vinculando desarrollo, acción humanitaria y construcción de paz.
- El segundo, que no solo se trata de reconstruir lo material, sino también de recuperar servicios esenciales como la educación, la sanidad o el acceso a agua potable. Y también los medios de vida de los afectados y su bienestar psicosocial.
Reconstruir mejorando las condiciones previas y buscando la resiliencia
UNICEF ha intervenido recientemente en dos territorios que albergan conflictos armados: Siria y Ucrania. Y también en recuperaciones tras desastres naturales como el terremoto de Nepal de 2015 o las frecuentes emergencias climáticas de la zona de América Latina y Caribe. Su trabajo se centra en rehabilitar escuelas y centros de salud, suministrar materiales médicos y educativos y restablecer los sistemas de agua potable y saneamiento. Pero también en abordar las consecuencias psicosociales de la catástrofe y en garantizar los derechos de la infancia en esas situaciones extremas.
Esta ONG se esfuerza por que las reconstrucciones mejoren las condiciones previas a la catástrofe. Se trata de crear entornos más seguros, resilientes y sostenibles, con comunidades más fuertes y mejor preparadas para el futuro. Asimismo, destaca la importancia de trabajar los sistemas de prevención. Por eso, proporciona planes de emergencia y acciones de capacitación para que puedan manejar futuras situaciones de crisis.
Rehabilitar las construcciones y los sistemas de agua y saneamiento
Entre las intervenciones más recientes de Manos Unidas destaca el conflicto civil en la región de Tigray, en Etiopía, que entre 2020 y 2022 dejó más de 600.000 víctimas. Toda la infraestructura sanitaria, educativa y de producción quedó destruida. Su labor se centró en reconstruir las escuelas y dotarlas de material para que los niños pudieran retomar sus estudios. Y en Filipinas, también en 2020, un tifón dejó destrozada la isla de Luzón, con más de 270.00 personas evacuadas y cerca de 280.000 casas dañadas. En este caso, esta ONG proporcionó materiales de construcción y facilitó la coordinación de los trabajos de recuperación de las viviendas.
SAUCE trabaja en Camboya y no es una entidad especializada en emergencias, sino en desarrollo. Pero su presencia en Battambang, que sufrió fuertes inundaciones en 2020, motivó su participación directa en la reconstrucción. Repararon viviendas, sistemas de agua y saneamiento. También formaron a las comunidades en construcción resistente a desastres y en agricultura adaptada y distribuyendo recursos básicos. Porque, en la reconstrucción es importante tener una visión de largo plazo para crear, en la medida de lo posible, infraestructuras capaces de resistir mejor los embates de la naturaleza.
Dinamizar la economía y el empleo y aprender a gestionar los riesgos
CESAL ha realizado trabajos de reconstrucción en Centroamérica, concretamente en Honduras, El Salvador y Guatemala, y también en Perú, Ecuador o Haití. Ha atendido destrozos causados por huracanes, terremotos, volcanes e inundaciones, centrándose en mejorar la habitabilidad de viviendas, escuelas, hospitales, calles o saneamiento. Tras atender estos servicios básicos, el siguiente paso es reconstruir y dinamizar el tejido económico y productivo para recuperar el empleo y la normalidad.
La contribución de Ayuda en Acción fue clave, por ejemplo, en la reconstrucción tras el terremoto de Ecuador de 2016. Diseñó un plan a largo plazo, hasta 2025 para apoyar a las familias en el proceso de recuperación de la zona. Eso incluye el restablecimiento de las condiciones de habitabilidad, de las infraestructuras afectadas y de los sistemas de agua. Pero también de los medios de vida, el acceso a la educación de calidad y al empleo y la generación de oportunidades. Y el fomento de la resiliencia comunitaria mediante la creación de comités de gestión de riesgo.
Coordinación entre los diferentes agentes locales e internacionales
Para realizar esta labor tan valiosa, todas las ONG consultadas destacan un aspecto fundamental. Que exista una buena coordinación en terreno entre los diferentes agentes locales y los organismos internacionales. Solo de esta forma se puede garantizar la eficiencia en las tareas de reconstrucción, que los fondos se canalicen adecuadamente y que no se dupliquen esfuerzos.
Los actores clave a coordinar en un proceso de estas características son muchos y diversos, y han de complementarse entre sí. Como explica UNICEF España, el gobierno del país afectado y las autoridades regionales y locales son los responsables últimos de las labores de reconstrucción. Las organizaciones humanitarias proporcionan asistencia técnica, recursos y apoyo logístico, y se focalizan en los más vulnerables. El sector privado contribuye mediante donaciones, recursos y experiencia técnica, y directamente reconstruyendo infraestructuras y generando empleo local.
Participación activa y escucha de las comunidades afectadas
Y el último actor es la propia comunidad afectada por la catástrofe. Resulta esencial su participación activa, escuchar sus opiniones y tenerlas en cuenta en la toma de decisiones sobre la reconstrucción. Involucrar a los afectados asegura que las intervenciones sean relevantes y efectivas, pues su conocimiento favorece que las soluciones se adecúan a sus necesidades. Y, además, les empodera como agentes de cambio. Para CESAL, recuperar el protagonismo de las personas y un tejido social activo es la clave para pasar de la emergencia al desarrollo y volver progresivamente a la normalidad.
Por último, contar con respaldo económico de la sociedad e instituciones es un factor fundamental en esta fase. La respuesta solidaria inmediata a una emergencia suele ser fuerte, pero la reconstrucción necesita una financiación a medio y largo plazo que resulta más difícil de conseguir.
Origen de los fondos destinados a la reconstrucción
Para poder llevar a cabo estas acciones que son vitales para las comunidades locales afectadas, estas ONG trabajan con diferentes tipos de recursos. Por ejemplo, CESAL lanza campañas de emergencia de captación de fondos para una acción concreta. UNICEF trabaja con fondos flexibles procedentes de contribuciones de organismos públicos y privados y de particulares, que utiliza para responder a este tipo de necesidades. Y SAUCE, Ayuda en Acción y Manos Unidas combinan sus fondos propios con el lanzamiento de campañas específicas, si la situación lo requiere.
Información al donante y reporte de actividades
A partir de ahí, Manos Unidas elabora informes con la descripción del proyecto y hace seguimiento y evaluación posterior sobre el avance de las iniciativas de reconstrucción. Y prepara un informe final con los logros alcanzados y el impacto conseguido. UNICEF lo recoge en informes anuales, donde da cuenta de sus actividades y de los resultados correspondientes. Además, emite regularmente información sobre su actuación en crisis humanitarias.
Ayuda en Acción comparte el diagnóstico de las necesidades identificadas y el detalle de actividades de su intervención, con indicadores de impacto y cumplimiento de la normativa vigente. SAUCE aporta estadísticas sobre el alcance y el progreso de sus actuaciones. Y CESAL combina memorias específicas de los proyectos con información en su memoria anual institucional.
Y todo esto lo complementan con una actividad de difusión a través de sus diferentes canales. Se esfuerzan por dar la máxima visibilidad a las situaciones por las que atraviesan las comunidades donde actúan, aportando fotografías e información esclarecedora. Y dan la palabra a los propios protagonistas para que sean ellos quienes cuenten sus historias.
Reconstruir un lugar asolado por un desastre del tipo que sea requiere, como vemos, gran esfuerzo, coordinación y perseverancia. La labor del Tercer Sector resulta, una vez más, vital para las comunidades afectadas. Apoyarlas regularmente con nuestras donaciones facilita que puedan dar respuesta humanitaria inmediata ante una emergencia. Pero también que ayuden a restablecer la normalidad donde parece que nada podrá volver a ser como antes.
Hay más ONG Acreditadas que trabajan en situaciones de emergencia. Puedes encontrarlas poniendo la palabra “emergencias” en nuestro buscador y también seleccionando esta categoría en el buscador avanzado. Todas ellas disponen sistemas de seguimiento que permiten asegurar que los fondos dirigidos a una emergencia en concreto son destinados a esa emergencia.